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Fotocuidado de la piel

¿QUÉ CAUSA EL CÁNCER DE PIEL?

El cáncer de piel es el crecimiento no controlado de células anormales de una capa de la piel. Ataca a uno de cada 7 americanos cada año. Tanto la cantidad total de exposición al sol recibida a lo largo de varios años como una única sobreexposición que produzca una quemadura solar pueden causar cáncer de piel.
 
Debido a la modificación del ángulo de los rayos solares y la absorción de la radiación solar por nuestra atmósfera, la intensidad de la radiación ultravioleta que llega hasta la superficie de la tierra al mediodía es el doble de la que llega hasta la superficie de la tierra por la mañana temprano o al atardecer. La radiación UVA es estable a lo largo del día y a lo largo del año.
  
La absorción de UVA y UVB por el ADN y otras estructuras del núcleo de las células de la piel produce daño molecular y celular (quemadura solar), lo que se manifiesta como dolor, inflamación, hinchazón y aparición, a largo plazo, del fotoenvejecimiento. Las exposiciones solares son acumulativas.

La reparación incompleta o incorrecta de la lesión del ADN inducida por la radiación ultravioleta es el principal responsable por el crecimiento de células precancerosas o de células malignas.
 
FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE PIEL

  • Antecedentes familiares de cáncer de piel.
  • Hábitos de exposición intensa durante el verano.
  • Vivir en climas soleados o a elevadas altitudes.
  • Trabajar al aire libre o con materiales peligrosos que pueden dañar la piel.
  • Exposición repetida a los rayos X.
  • Cicatrices de enfermedades, heridas o quemadur

La radiación UVB es la fracción más pequeña de la radiación ultravioleta, pero es la más carcinogénica (productora de cáncer). La radiación UVA de mayor longitud de onda, aunque es menos intensa que la UVB penetra más profundamente dentro de la piel. La radiación UVA puede producir efectos dañinos por la mañana temprano y en las últimas horas del día debido a que su mayor longitud de onda no es absorbida o atenuada por la atmósfera de la misma manera que la UVB. 

La radiación UVC de corta longitud de onda es absorbida completamente por el ozono de nuestra atmósfera. La proporción de UVA y UVB emitida por las lámparas de las camas solares para broncearse varía según el fabricante, y tienen efectos nocivos comparables a los de la exposición solar.

Cualquier alteración en un crecimiento preexistente de su piel o cualquier nuevo crecimiento que no se cura o se ulcera puede estar indicando un cáncer de piel o precáncer, un conjunto de células anormales que pueden convertirse en cancerosas. La clave del tratamiento exitoso del cáncer de piel es la detección precoz. La mayoría de los cánceres de piel detectados precozmente pueden ser extirpados mediante un simple procedimiento quirúrgico ambulatorio. Si se dejan sin tratar, los cánceres de piel pueden diseminarse y producir discapacidad e incluso la muerte.
 
LOS FOTOPROTECTORES 

Los fotoprotectores tienen un rol fundamental en la prevención del cáncer de piel: filtran y bloquean la radiación antes de que produzca daños al ADN de los núcleos de las células cutáneas. 

El dermatólogo elige el protector solar más adecuado para la protección de la piel de su paciente en función de muchos factores como el tipo de piel, las patología presentes y los riesgos potenciales que presenta el paciente. 
  
El Factor de Protección Solar (FPS) expresa directamente el poder de protección que garantiza el producto. Cuanto más alto es el FPS, mayor es el tiempo de exposición que se requiere para que la radiación UVB pueda inducir daños en la piel. La composición de un fotoprotector es muy compleja. La seguridad que ofrece el protector solar frente a la radiación ultravioleta resulta de la combinación de 2 tipos de componentes: filtros químicos y filtros físicos.

Los filtros químicos absorben la energía emitida por la radiación ultravioleta y así previenen que penetre en la piel. Durante este proceso, las moléculas del filtro se estimulan, y transforman la energía ultravioleta en liberación de luz y calor, de mayor inocuidad para la piel. 

Los filtros físicos forman una fina película de partículas inertes sobre la superficie de la piel, que reflejan y dispersan la radiación ultravioleta, y así impiden su penetración en la piel.

 

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